diálogo dramático en la noche nuevatroyana
En la noche austral, bajo las estrellas sureñas, que algún navegante vió por vez primera cuando creyó visualizar al crucificado en los cielos, y las llamó constelación cruz del sur; pero más precisamente, bajo la estrella del sur, que gobierna sobre Nueva Troya, se desarrolla la siguiente conversación.
Helena, la más bella y engrupida de las damas de la ciudad, ha invitado a conversar, a la pequeña marionette, singular personaje que recorre semidesnuda las calles, buscando entre la gente las opiniones que allí crecen y que ella transfigura en “la voz del pueblo” (que por ella se expresa).
Esta invitación a dialogar bajo las estrellas, tiene significados profundos para ambos personajes.
Para la bella Nueva troyana es algo así como dialogar con los seres supremos, oír las verdades y los oráculos más importantes; y es momento de tomar decisiones trascendentes.
Para la otra, la pequeña Marion, es una noche más de tantas en que ha solido vagar al acecho de los rumores ciudadanos.
Helena sostiene a la pequeña transfiguración de la libertad en la palma de su mano, para preguntarle su suerte.(notemos que Marion porta el gorro frígio, símbolo de la libertad en cualquier república como lo es el gobierno de esta ciudad).
Helena-Tu sabes muy bien que yo soy tu mejor aliada en esta ciudad, puesto que así lo ha decidido su gente, al considerarme desde mi propio nacimiento la más bella criatura hija de esta tierra.
Marion-Lo he oído decir, y es clamor popular, que tus naturales dotes de hembra, no tienen igual ni aún entre las más embellecidas damas de sociedad tanto en Nueva Troya como en Sta María del Buen Ayre.Pero…
Helena-Pero?
Marion-Pero, sin dejar de notar como el áureo cabello se riza en tu frente, dando así contraste al color que nace en estos precisos momentos en tus mejillas, debo confesarte que poco más sé notar en lo que respecta a cualidades estéticas, como la que dices poseer en plenitud.
Es por eso que sin poner en duda tu opinión al respecto de nuestra alianza, me permito creer que podrías darme más pruebas de ello, y no solazarte exclusivamente en los aspectos formales de tu..cuerpo.
Helena-Que?
Marion-Que no me importa cuán complicado pueda ser para ti ser tan bella, si todos los nuevatroyanos te van a cortejar, pero si me importaría estrechar nuestra unión para que yo pueda retribuirte la alianza que me propones.
Helena-No entiendo lo que me dices, Marion la marionette, te vuelves arcana cada tanto, y es difícil interpretar tus palabras.
Marion-Digo que para estrechar nuestra alianza me faltan tus ideas..
Helena-Porque nunca me has pedido que te las cuente, o si?
Marion-Quizás nunca encontré tu voz entre las del pueblo nuevatroyano, o si?
Helena-NO!
Marion-será por eso entonces… y al fin que clase de alianza pretendes si no estamos en contacto habitualmente?
Helena-Se avecinan momentos terribles para nuestra patria..
Marion- no he escuchado nada de eso aún.
Helena- un gran conflicto entre hermanos va a estallar, y fuerzas oscuras ya preparan en sus sombras los funestos designios que guiarán hacia lo inevitable, a hombres y mujeres que tanto se han querido y respetado hasta hoy… no oyes eso, pequeña marionette nuevatroyana?
Marion- pero no, me asombro de escucharte, y tú ante tan terribles sucesos, que harás, de que lado estarás, en el conflicto fratricida que me anuncias?
Helena- pequeña criatura de mi pueblo, aún no puedo revelarte lo que va a suceder, aunque los supremos ya me han dado su opinión al respecto, debes creer en mí!
Marion-(otra vez siento esa particular característica de los nueva troyanos que hace que piense cada vez más en salir de estos opresivos muros decadentes,…,¡me menosprecia!)
Helena, mujer de sociedad!, no debes confiar mucho en esos hombres sabios que te han hablado, ellos dirijen pero no protagonizan.Quien sino tus propios conciudadanos serán los que determinarán los sucesos por venir?
Helena- (pobre ingenua, no comprende a que me refiero con “alianza”).Marion! no desconfíes de esos hombres, porque son nuestros ancianos venerables, los sabios de Nueva Troya, los que poseen el destino de los hombres. Para que viven tus nuevatroyanos, sino para cumplir sus designios?
Marion-(reveló su máscara!)Helena!, ellos viven para vivir, y siguen los designios que crecen entre ellos, y yo soy justamente su portavoz! ¡¿Es que no lo sabías?!!
Helena-(jajja, se la cree así, pobre infeliz!) Marion, marionette amada mía, pequeña y tierna hija de este suelo…. Humilde y laboriosa Marion(idiota rematada!, inmunda, asquerosa eunuca, pequeña chince, etc,etc), no quiero que interpretes equívocamente mis dichos.
Respeto tu pueblo, respeto a tu gente!... pero, desgraciadamente, ¡¡¿¿es que no entiendes que este conflicto que te narro no es entre ellos??!!!
¡Ayyy! No seas ingenua Marion, tus nobles hombres de la ciudad(pobres apestosos que viven en sucuchos y pensiones baratas, artesanuchos de cualquier laya..) ¡mal podrían participar tan siquiera de algún hecho heróico como el que quiero relatar!
Marion- pero entonces, Helena, vayamos al grano, ¡¿quienes son y para que me precisas?!
Helena-(gasp), ehh,… son los hombres que me cortejan, y te necesito como mi invitada de honor, para que seas testigo del “rapto” que se va a cometer en mí persona, dando lugar así al inicio de la funesta contienda.
Marion- la pucha! Ya está tan decidido?, te van a raptar, quitándote así de tu legítimo prometido, y luego qué?
Helena- así te quería oír, sabes muy bien como se preparan los hados, en esta corrupta ciudad!
Marion-¡yo también te quería escuchar reconocer lo podrido que subyace a nuestra tan bella y amada ciudad fuerte!
Helena- por favor, Marion, invoco a nuestro padre fundador, para pedirte que me ayudes a defender el honor de mujer noble de Nueva Troya, ya que seré ultrajada por… por..
Marion- ¡dilo sin tapujos, ya que sabes bien!
Helena- ¡maldita sea!, ¡es increíble que tenga que reconocer que somos nosotros mismos quienes nos traicionamos, en la mejor oportunidad!, ¡dime Marion!,si ya sabes quién, ¿me servirás como testigo ante los supremos?
Marion- no tengo problema, ya que si ya está dispuesto que sea yo la portavoz de mi pueblo, mal podría dejar de participar en tan ilustres acontecimientos que se van a suscitar, en perjuicio de Helena, ¡la prometida de los príncipes nuevatroyanos!
Helena- ¡cómo te atreves a insultar mi nombre así!, ¡¡Marion!!, ¡soy mujer de un solo hombre ( a la vez) y así debe ser dicho, lo sabes bien!
Marion-¡No negarás que uno tras otro, en fila y por turno , todos los príncipes de esta ciudad, llegan a ser tus prometidos!
Helena- sí, pero de a uno, eso quería decir.
Marion-¡ea!, Mujer bonita, descansemos ahora, ya ha sido suficiente. Cuenta con tu pueblo para testificar sobre los acontecimientos venideros.
Helena- pobre de mí, pobre de mí….
Marion-(ella teme perder el honor, si en vez de tocarle por turno un príncipe cada vez, alguno de ellos la toma por asalto, la rapta y rompe el equilibrio entre los linajes de la ciudad).
Agotadas de tanto discurrir en la noche ciudadana, las dos mujeres se retiraron a sus respectivos palacios, uno el más imponente de la ciudad, el otro apenas un cuarto de pensión , una buhardilla con vista a la plaza principal.
Así culminó el coloquio entre Helena de Nueva Troya, y Marion la marionette, portavoz de la ciudad austral.
Las estrellas siguieron su curso en la noche, mientras el rumor de voces se perdía en la obscuridad, preparando un nuevo día.
Nuevo día en que quizás los oráculos de Helena se hicieran realidad.
Marion no dejo de pensar durante el sueño, y supo que en la guerra que daba inicio, la traición o las desobediencias, la corrupción y la alcahuetería serían principales protagonistas.
Soñó también, o quiso soñar, que sólo un extraño personaje venido de no se sabe dónde, pondría un poco de luz entre las confundidas facciones, y daría con su ejemplo idea de que hacer, y para qué.
Ese personaje era el Condorcanqui.
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