
Nueva Troya, noviembre del año 9.
1-Hemos recibido en nuestra redacción inumerables quejas de parte de nuestros lectores, a porpósito de la aparente negativa a introducirnos en el panorama político de la hora.
Pues bien, como respuesta vayan aquí estas líneas, que tienen como único fin, realizar un aporte, por modesto que sea, a la iluminación de nuestros conciudadanos.
Vemos como este nuevo siglo comienza a "iluminarse", año a año (y van nueve al día de hoy).
Decimos iluminarse porque sin dudas nuevas luces han aparecido en nuestro firmamento público, es decir, político.
Nuestra república ciudadana, aunque amurallada por los áureos muros nueva troyanos, ha sido y sigue siendo reconocida como una de las más puras del continente.
No dejamos de creer que es así.
Sólo nos vemos obligados a dar nuestra versión de ésta, porque creemos que desde extramuros muchas cosas se dicen que no siempre provienen de buena fuente informativa.
2_ El personaje que traemos a colación hoy, fué hace algunos años, destacado hombre de nuestra ciudad, habiendo sido investido con los honores de la máxima magistratura. En su caso, y por linajes hereditarios, fué nombrado Rey. Su herencia es cuantiosa, y se dice, fué acumulada durante un gran período de tiempo en sucesiones de nobleza familiar.
Don Luis, heredero del trono que ostenta una de las señeras familias de la Patria, ocupó el sillón preferencial durante unos años, y luego lo abandonó, cuando las urnas del pueblo así lo determinaron.
Podemos decir, pues, que nuestra república vivó entonces una monarquía constitucional, bajo el cetro del "rey sol", así llamado por sus aduladores.
Luis gobernó junto a sus nobles amigos y familiares, durante cinco años, tras los cuales vino a saberse que intentó vender Nueva Troya al mejor postor. Así fué, y así está consignado en los archivos ciudadanos.
3_ la restauración.
Han pasado algunos años, la revolución accedió a su vez al trono presidencial, no por las armas, sino gracias a un inmenso sufragio universal a su favor. Fué durante este tiempo, que se descubireron las desastrosas consecuencias de la regencia del rey sol.
A pesar de los lujos que Don Luis agregó a la etiqueta gubernamental, no pudo controlar el gasto público, y la economía del país fué su talón de aquiles. Amén de estos hechos, la corrupción ocupó un sitial de privilegio en su "corte", y así fué que el último gobierno de la dinastía a la cual pertenece el susodicho, resultó ser el peor de ellos, por un largo período de tiempo.
Pero, no resignándose a este descrédito, Luis, acomete nuevamente, e intenta por todos los medios hacerse con el poder. Se habla en la ciudad, de la "Restauración por la Providencia"; de un retorno de las diversas dinastías tradicionales de "príncipes de divisas". Entre los que ostentan el blasón púrpura, y los del partido "de la nación", los "albos", se ha tejido una alianza para retomar el poder expulsando del mismo al fuerte movimiento popular nuevatroyano, hijo de los padres de la patria.
Así es que, en estos días de fin de año, se decide el destino de Don Luis, quien bajo el apelativo de LUIS XXI pretende reubicarse en el trono nuevatroyano.
Su estratégica consigna, basada en el concepto del "equilibrio", no parece sinó una artimaña más, un inconcebible disfraz para mediocrizar las aspiraciones de un pueblo que quiere "ir a más", mejorar lo que el gobierno ha hecho en los últimos años.
Ese grito desesperado, con que organiza su campaña el candidato a Rey:
"el equilibrio de los talentos, el equilibirio!", más parece un desesperado intento por evitar que los talentosos revolucionarios nuevatroyanos puedan una vez más demostrarle a su linaje, como debe ser gobernada la ciudad.
En esta instancia, el pueblo decidirá entre proseguir por el camino ya trazado en los últimos años o inclinar la balanza hacia atrás, para "desmejorar" lo ya hecho.
Sin perjuicio de admitir la posibilidad de ser discutidos, ésta es la opinión general de nuestra redacción.
veremos en poco tiempo, el descenlace de estos hechos.
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